jueves, 17 de noviembre de 2011

Un pacto en el cielo

Desde siempre me habían enseñado que una vida vale más que cualquier cosa, que todo vale para poder hacer feliz a una persona, que no existen límites para hacer brillar una sonrisa.

Siempre había creído que la navidad es una época de ilusiones, y renegaba de los pensamientos de que es una época triste porque muchas veces ya no están los series queridos con nosotros y en las mesas se van notando huecos.

Porque no ahy época más mágica que la navidad pero tampoco hay época más triste. Siempre me habían enseñado que las casualidades no existen, que todo es fruto de nuestra mente. Me habían enseñado que todo lo que parece a veces no es, y que todo no es como lo pintan.

Siempre creí que los ángeles estaban en el cielo y que las personas malas van a todas las partes, como dice el dicho. Aunque más bien las personas malas están en todas partes que creo que es lo que quiere decir ese dicho, y las buenas quizá sea más complicado de encontrarlas.

Cuantos ojos llorarían, cuantas bocas se abrirían, cuantas miradas perdidas, cuanto lamento, cuanta MENTIRA, cuanto cielo perdido, cuanto egoismo.

¿de qué sirve?

es cuestión de tiempo para que todo haya sido en vano... una lástima.

Lástima y impotencia, lástima y rabia, una profunda y inmensa rabia. Una memoria limpia echada a perder, una memoria limpia ensuciada por mentiras, comentarios, y lamentos en vano.

No hay solución, todo es en vano.

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